Ya os he comentado en alguna ocasión que la floración y el cuajado son dos momentos especialmente delicados en el olivar. Desgraciadamente el año sirve de ejemplo.

Todo hacía presagiar una abundante cosecha, la pasada cosecha fue destacada por negativa ( Las organizaciones agrarias han reaccionado con respecto a la próxima cosecha de aceituna al tener conocimiento oficial del aforo de la Consejería de Agricultura que calcula 170.000 toneladas de aceite para Jaén y una pérdida del 75% dela cosecha respecto a la última campaña. Fuente: http://andaluciainformacion.es/jaen/256273/la-cosecha-de-aceituna-un-duro-golpe-a-la-provincia/) lo que indicaba una mejoría en la próxima, además, la extraordinaria pluviometría de este año se sumaba a las buenas expectativas. De hecho, la floración ha sido cuantiosa, había innumerables flores por olivo.

Podéis observar en la fotografía la cantidad de flores de cada ramo. Sin embargo, el cuajado está siendo desastroso, las flores no se transforman por tanto en frutos, y la cosecha que se preveía buena está tornando en al menos decepcionante.

Las causas pueden ser varias, el mal tiempo que nos ha acompañado hasta prácticamente ayer es sin duda el culpable. Bien las bajas temperaturas de los últimos días, no es normal, por ejemplo registrar temperaturas en Jaén pocos grados por encima de cero pasado el veinte de Mayo. También las últimas lluvias ayudan a lavar el polen, llevándolo al suelo en vez de cumplir su función polinizadora en las flores.

En esta otra imagen, que es la misma rama

fotografiada de nuevo al sacudir los pétalos de las flores ya secos. Se puede observar cómo no han cuajado los frutos.
 

Podéis ver algunas fotografías más en la siguiente galería de flickr.