Ante la mala situación de la agricultura en general, y del olivar en particular, una de las máximas que se plantean los agricultores es la reestructuración de sus explotaciones para hacerlas más eficientes y sostenibles.
En Olivar de Plata hace tiempo que creemos que una de las posibilidades de prolongar en el tiempo nuestra actividad, manteniendo el medio ambiente y fijando población en el medio rural, es la reestructuración del olivar, y la concentración parcelaria. Ambas deberían ser promovidas por las autoridades, pero como casi siempre, estas llegan tarde.
Os explicamos aquí los trabajos que llevamos varios años realizando en una finca, apoyando el texto en una galería de fotos.
Nuestra finca la adquirimos en el año 2002 y tenía la estructura normal de una finca de olivar tradicional, tres pies. En nuestro caso con un marco de 12 metros al tresbolillo (en triángulo equilátero). Después de un par de años trabajando en evitar la erosión, tapando cárcavas y escorrentías, que era lo más preciso en aquel momento decidimos eliminar el tercer pie, por los problemas que ocasionaba sobre todo a la hora de vibrar el olivo en la recolección. De esa época no conservo fotos, pero sí aparecen en la galería fotos de cuando el olivar ya sólo tenía dos pies. Comentar que la pérdida de producción fue notable el primer año, pero después hemos constatado incluso una media anual más alta que cuando el olivar tenía los tres pies originales.
Al cabo de varios años decidimos proceder a plantar un olivo nuevo en el hueco entre dos viejos, con el fin de llevar nuestra plantación del original 12 metros al tresbolillo a un marco rectangular de 10,5×6, en donde 10,5 sería la altura del triángulo equilátero de 12 metros de lado, y 6 obviamente la mitad del marco antiguo. La plantación la hicimos en otoño de 2007.
Este otoño, decidimos que debíamos dar un paso más puesto que el olivar joven se había estancado, el tamaño del olivar predominante impedía a las pequeñas crecer tanto por su poderoso sistema radicular como por la falta de luz directa del sol. Después de ponerles al olivo joven su propio riego, de tratarlos durante varios años, varias veces al año con abonos foliares y aminoácidos para facilitar su crecimiento e incluso tratando de romper el sistema radicular de los viejos con un subsolado, decidimos que había que ir más lejos.
Hemos contactado con una empresa que se dedica a este tipo de trabajos a cambio de la leña que se produce, y hemos decidido dejar el olivo viejo con un sólo pie. Esperamos que el olivar joven crezca rápido, y el siguiente paso sea dentro de unos años.
Os dejo las fotos.
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