Conocemos por Pichilin a dos parcelas compradas por nuestra familia en la zona del cortijo del mismo nombre. En este caso se trata de olivar tradicional, centenario, procedente de la fragmentación y venta por parcelas del cortijo conocido por ‘La higueruela’. Con un marco triangular de 12 metros, se trata de un olivar centenario, del que no tenemos constancia de su edad, lo que es seguro es que no habíamos nacido cuando se plantaron, por tanto, no pudimos ser nosotros quienes hicieran el trabajo.
Situado en el término municipal de Úbeda, consta de dos parcelas, la mayor tiene una superficie de 13,97 hectáreas, con la mayor pendiente media de todas, del 17,7% pues su altitud varía entre los 630 y los 550 metros, su orientación es al este y tiene un suelo peculiar, de color blanco y gran capacidad de filtrado y retención de agua. Es nuestra parcela más elevada sobre el nivel del mar, y con una orientación contraria a todas las anteriores, pues está orientada al ‘saliente’. Muy cercana a su hermana mayor, la pequeña consta de 1,8 hectáreas, con una altitud alrededor de los 630 metros y una pendiente del 13,4%. Comparte suelo y orientación.
Ambas parcelas suelen ofrecernos frutos de un tamaño considerable, grande sin duda teniendo en cuenta el tamaño medio de la variedad. Y además suelen acompañarlo de un rendimiento graso elevado, lo que aumenta su capacidad de producción de aceite. Su virgen extra suele ser más calmado y equilibrado, con un frutado armónico, de grado medio, causado por su orientación al sol, y su mayor altitud. Siempre dentro de los parámetros fijos obligados de los aceites de oliva vírgenes extra provenientes de la variedad picual.
