El haza de ‘La Vieja’ es una parte de una finca matriz comprada por nuestro padre en el año 1996, la finca original tenía en torno a 24 hectáreas, de las cuales nuestro padre compró alrededor de 6. El nombre de ‘La Vieja’ proviene de antiguo, y desconocemos el por qué, pues el cortijo al que pertenecía el haza tiene otro nombre, y la zona en la que se ubica se conoce registralmente como ‘Solana del Francés’, lógico, solana es por su orientación y del francés porque así se llama el cortijo más cercano.
La finca era de tierra de labor, o calma, aunque desde su compra nuestra orientación fue dedicarla a olivar. Nosotros mismos ese año la ‘marqueamos’, trabajo destinado a marcar el punto donde se debe plantar cada olivo, en este caso con unas medidas rectangulares de 8 por 7 metros. Lo que significa que cada olivo de esta finca ocupa una superficie de 56 metros cuadrados. Posteriormente abrimos los hoyos e hicimos la plantación del olivar, con olivos de variedad picual procedentes de nebulización. La parcela pertenece al término municipal de Sabiote, tiene exactamente una superficie de 5,97 hectáreas y una pendiente media del 12,8%. Está situada entre 540 y 570 metros de altitud sobre el nivel del mar y su orientación es sur-suroeste. El suelo de la parcela es profundo, fértil y arcilloso. Consta de 1070 olivos de la variedad picual, aunque siempre hay alguno de otras variedades, en concreto en esta finca hay cuatro o cinco olivos de variedad gordal y al menos otros cinco de frantoio, una variedad de procedencia italiana.
Las principales características de cualquier aceite de oliva virgen extra proceden de la variedad de aceituna del cultivo, así pues, en el caso de nuestro AOVE procedente de esta parcela, es la variedad picual la que marca las principales pautas tanto de olores como de sabores, aunque es obvio que tanto la altitud de la misma, como la orientación, además de nuestra particular forma de cultivar añaden a nuestro virgen extra sus peculiaridades. En este caso, el virgen extra tiene un marcado carácter, y unos acentuados tonos picantes y amargos, sin duda provenientes del clima de nuestra zona, con una amplitud térmica que puede llegar a 50 ºC entre el verano y el invierno. Los tonos aromáticos típicos de esta variedad aparecen rápidamente en la nariz, tanto los recuerdos a hierba verde, como las reminiscencias a madera, tomate e higuera.
