Aceites Alba

Aceites Alba

Durante generaciones nuestra familia se ha dedicado a la agricultura, y hablar de agricultura en Jaén es hablar del olivar y su cultivo. Es muy probable que sea injusto por nuestra parte haber dedicado el nombre de la empresa, Alba, a nuestros apellidos, Almazán Barrero, dejando de lado a aquellos que nos precedieron, por eso aquí queremos mencionarles. Tenemos constancia de que varios de nuestros antepasados labraron fincas ajenas, Miguel Ruiz Hidalgo, padre de nuestra abuela Rosario labró el cortijo conocido como ‘El Marqués’ antes de la guerra civil, perteneció al marqués de Camarasa, de ahí su nombre o su apodo, porque en realidad se llama ‘cortijo del acebuche’. Manuel Barrero Pulgar fue un pequeño propietario como demuestran las escrituras que ahora os enseñaremos. Por el lado paterno Ginés Almazán Vico labró el cortijo de ‘las Chozas’ que todavía hoy pertenece a la familia Yanguas Messía, también Miguel Ruiz Mota fue labrador (además del padre de nuestra abuela Teresa). Antiguamente en Andalucía los propietarios de grandes latifundios daban sus fincas a trabajar a distintos labradores a cambio de un porcentaje de cosecha. Esto es difícil de demostrar, pero gracias a la abuela Rosario, que no tiraba absolutamente nada, hemos podido tener acceso a documentos de cuando el campo en Andalucía empezó a repartirse, y pequeños propietarios tuvieron acceso al mismo.

Escritura de propiedad de 1886

Esta la he querido incluir pues es la más antigua que tenemos, nada menos que fechada el 4 de enero de 1886. Habla de la permuta de varias pequeñas fincas del término municipal por una casa.

Fechada el trece de enero de mil novecientos cuarenta y dos.

Esta es algo más interesante, porque podemos leer el comprador, Manuel Barrero Pulgar, textualmente dice: ‘Y de otra parte, como comprador, Manuel Barrero Pulgar, casado con María López Cano, mayor de edad, del campo y de igual vecindad, con domicilio en la calle San Miguel’. Me llama la atención la ocupación, ‘del campo’. Es nuestro bisabuelo, de su apellido Barrero procede la segunda sílaba del nombre de la empresa.

En esta se lee claramente (bueno, yo delante de ella, no se después de escanear que se podrá leer) el motivo de la compra: ‘Olivar e noventa y seis matas, antes pedazo de tierra, sito en el parage llamdo Hueco de la Veleta, término de Sabiote…’

Simplemente queríamos hacer esto para demostrar que cuando hablamos de generaciones relacionadas con el olivar no lo decimos por vender, es demostrable. Después de muchas generaciones nos atrevimos a dar un paso más, y además de cultivar el olivo y recoger sus frutos, elaborar con estos un aceite de calidad. Para ello tuvimos que dejar la zona de comodidad del campo y adentrarnos en la elaboración de aceite (elaiotecnia) y también en su posterior venta a través de la web. Así nace Aceites Alba y el motivo de su existencia, Olivar de Plata.

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