Analizar cómo un modelo de alimentación puede modular las funciones de nuestro organismo generando respuestas fisiológicas saludables es el objeto de la nutrigenómica.
En su exposición, José López Miranda muestra cómo la Dieta Mediterránea, enriquecida con aceite de oliva, es una forma de prevenir el riesgo de enfermar, en general, y más concretamente reduce –claramente– el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular.
La Dieta Mediterránea es para López Miranda uno de los modelos de alimentación más saludables que en la actualidad conocemos, y el elemento clave de esta dieta es el aceite de oliva.
Miranda muestra que el sustrato de la enfermedad cardiovascular es la arteiosclerosis, una enfermedad con un gran componente inflamatorio inducido por un colesterol enraciado que termina provocando una disfunción del endotelio.
Las investigaciones de Miranda muestran que el elemento inicial clave para el desarrollo de la enfermedad cardiovascular es esa disfunción del endotelio. Una disfunción que es modulable a través de la Dieta Mediterránea debido a que el aceite de oliva no sólo es capaz de modular ciertas enzimas clave, sino de modular también la capacidad regenerativa del mismo endotelio.
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