Estos días atrás he estado haciendo una práctica agrícola que hacía años que no realizaba, arar. He hecho unas fotos y quiero compartirlas con vosotros, a la par que he pensado en añadir al blog algunas de las prácticas agrícolas antiguas que hoy en día ya no se practican, o al menos nosotros ya no practicamos, en el olivar.
Arar era la labor usual en el olivar para eliminar las malas hierbas, y la competencia de estas tanto por la humedad como por los nutrientes. Dependiendo de la pluviometría del año, había que realizar esta labor una o más veces, casi siempre a la salida del invierno. Como consistía en mover el terreno para destrozar la vegetación no deseada, luego había que realizar otra serie de labores complementarias para volver a poner el terreno de cultivo al gusto del agricultor. Al principio se araba todo, incluido el ruedo del olivo (la parte del terreno que cubre la copa del árbol) que se hacía a mano, luego la aparición de los primeros herbicidas hizo que al menos el ruedo se mantuviese intacto durante todo el año.
Al final la utilización de herbicidas se generalizó, promovida por la administración, y dejó de ararse el olivar. Comento esto porque siempre hay quien tacha a los agricultores de ir contra la naturaleza, cuando eso no es así, de hecho somos los primeros que la cuidamos. La utilización generalizada de herbicidas, promovida sin duda por las grandes casas comerciales de estos, ha sido bien vista por la administración hasta no hace mucho, y hay cientos de cursos impartidos y publicaciones varias que lo corroboran.
Nosotros como sabéis hace al menos 20 o 25 años que no aramos (ahora os explico), consideramos que la utilización de cubiertas vegetales vivas es lo más parecido a tratar el olivar como si de un bosque se tratase, en vez de voltear la tierra, cortamos las hierbas que se desarrollan demasiado para evitar la competencia, pero mantenemos el suelo siempre cubierto de vegetación para luchar contra la erosión y mantener la flora y fauna propias del olivar.
Y ahora la explicación, porque alguno ya estaréis pensando, si llevas no se cuanto tiempo sin hacerlo, ¿por qué aras ahora?. Bien, este es un olivar joven, recién plantado, y que no pertenece a nuestra explotación. En olivar tan joven es importante no tener ataques de insectos masticadores, por tanto, cuanto menos vegetación haya mejor, de ahí el trabajo realizado. En un par de años, cuando crezcan, ya pasaremos a usar el sistema de cubiertas vegetales.
Si os fijáis en las dos últimas fotos podréis ver el trabajo a medio hacer, donde aparecen aún manchas de hierba verde, y el trabajo ya terminado. Tomadas a la salida desde un camino, la diferencia es que una se tomó a mediodía mientras la otra fue el día anterior a última hora. Una pena que se me pasase hacer una al principio, antes de empezar.
0 comentarios